miércoles, 5 de abril de 2017

Iguales aunque diferentes



Empecé a participar de una comunidad educativa para compartir con ellos algunos de mis posts. Y me pidieron que toque un tema que, casualmente, hace tiempo tenía en mente tocar, a modo más personal pero como profesora de niños, como alguien que tiene pequeños a su cargo y es parte de su educación.

Yo soy la menor de 4 por varios años de diferencia, no tenía hermanos cercanos a mi edad ni primos cercanos a mi edad para jugar. He tenido sobrinos cercanos a mi edad con los que nunca interactuaba, pero desde que tengo memoria crecí con puros niños. Todos los días jugaba con mi vecinito de enfrente, todos los días pasábamos las tardes o también las mañanas jugando. Una vez que más grandes aprendimos a montar bicicleta empezamos a salir a la calle sin mucha supervisión y a jugar con más niños de la cuadra donde vivía.  Yo era la única niña entre puros niños, yo era la única niña que salía a montar bicicleta con ellos, que jugaba canicas, que jugaba pelota, que se trepaba en los montículos de piedras o arena que encontrábamos de las construcciones aunque se cayera, yo jugaba con carros y mis amigos que venían a mi casa, con muñecos y carros y canicas y "ladrillos" (unos como legos antiguos más pequeños y variados que venían en baldes de grandes cantidades), pues yo tenía juguetes de diferentes tipos. Nunca creí que tuviera que jugar diferente por ser niña, aunque sí algunas veces lo escuché "cómo vas a trepar árboles, si tú eres niña", "cómo va a jugar con muñecas o a la cocininta, si es niño". Cuando nuestro pequeño grupo empezó a hacerse más diverso y ya no era yo la única niña, empecé a darme cuenta de esas frases que los niños repetimos sin darnos cuenta y que yo nunca había dicho "ay no, cómo vas a jugar con ellos si son niños", "cómo vas a jugar canicas eso es para niños". Yo no respondía, simplemente me esforzaba en hacer más las cosas que quería hacer, en jugar más lo que quería jugar. Y en toda mi vida me he regido por esa idea, si yo puedo, si no le hago daño a nadie, ¿por qué no?. 

Yo me esfuerzo en inculcar a mis alumnitos que todo lo pueden, para que se esfuercen, para que 
logren las cosas, para que por lo menos las intenten.Todos pueden jugar con pelotas, todos pueden jugar con muñecas, todos pueden jugar con el juguete que quieran y disfrazarse de lo que más les guste si hay disfraces disponibles. Pienso que cada niño o niña es único y diferente por sí mismo, que todos tenemos nuestras diferencias, pero no por ello esas diferencias deben traducirse a cómo nos comportamos ni a cómo nos tratamos los unos a los otros, desde pequeños siempre he tratado de inculcar a mis alumnitos y a mis sobrinos, en los propios juegos y las interacciones entre ellos así sea evitando que uno golpee al otro porque le quitó un juguete, siempre he hecho lo que estaba en mí para enseñarles dos cosas: Diversidad y Respeto. Todos como personas somos distintos pero todos merecemos respeto.  Mientras que no lastimemos a nadie con nuestras acciones, podemos jugar como queramos (el trabajo de un niño es jugar mientras aprende y pienso que cualquier juego mientras sea seguro para la edad que tengan pueden jugarlo sin diferencias). 

Yo niña me ponía vestidos grandes de baile y jugaba con los guantes de box de mis hermanos y jugaba con un muñeco heredado que era un super héroe así como jugaba a vestir a mis muñecas y a la tienda o la cocinita y mis amigos cuando jugaban en mi casa jugaban con todos los juguetes que yo tuviera.



Pienso que los niños merecen el respeto de desarrollarse como personas sin que les estemos poniendo límites innecesarios. Todo niño necesita límites en cuanto a disciplina, pero si algo he aprendido en todos los años que tengo trabajando primero con adolescentes y luego con niños pequeños, es que ellos nacen con una personalidad y preferencias, puros y sin prejuicio alguno; somos los adultos los que nos complicamos la vida con los juguetes y los colores para uno y para otra y nuestras ideas de lo que los niños deben y las niñas deben, tratando de encajarlos en algo, muchas veces con las mejores intenciones, pero no los dejamos explorar, descubrir con nuestra guía y compañía para que estén seguros, el mundo que los rodea para que ellos desarrollen sus propias reacciones a él.  No estoy entrando en biología porque biológicamente tenemos diferencias, estoy entrando en personalidad, en desarrollo, en cómo ayudamos a crecer y educarse a estas personitas que están a nuestro cargo, como profesores, como papás y mamás, como tíos, padrinos y madrinas, hermanos mayores, primos mayores. Tenemos que aprender el delicado equilibrio entre protegerlos de los peligros mientras les tenemos el respeto suficiente para dejarlos explorar el mundo y aprender de él con nuestra guía. No es tarea fácil, pero es más sencilla que tratar de encajarlos en la idea que podemos tener de lo que tienen que ser.

Yo he sido una niña a la que le encantaban los vestidos, así como estar en jeans y zapatillas tratando de trepar a un árbol al que mi escaso equilibrio no siempre me ha permitido y jugando pelota con mis amigos para luego jugar a las muñecas, super héroes o no; y aunque sí tuve los prejuicios a mi alrededor de "las niñas no hacen esto", y también he escuchado mucho de mis amigos "los niños no lloran", he aprendido a rebelarme en ellos y a inculcarle a mis alumnitos a reconocer sus sentimientos y tratar de manejarlos, a sentir lo que sienten porque es válido y a superar las emociones negativas. Trato de apoyar a las mamis y papis en lidiar con un berrinche para que ellos también se tranquilicen y les permitan a los niños sentir su frustración, evitando comparaciones, evitando etiquetas.


Pienso que todos estamos en continuo aprendizaje tratando de ayudar a los pequeños que tenemos en nuestra familia o a nuestro cargo se vuelvan mejores adultos, para que vivan en un lugar mejor, más tolerante, más inclusivo, más respetuoso, y la principal tarea para lograr eso es que nosotros erradiquemos esas ideas que quizás escuchamos que nos repetían en el colegio, o que los papás de un amiguito le repetían en su casa, de que un niño TIENE QUE portarse de X manera, que una niña sólo puede usar estos colores y sólo puede jugar a estas cosas. Los niños no saben de diferencias, y es nuestro trabajo día a día que ellos aprendan a navegar en este mundo respetando a los demás por quienes son, que crezcan sabiendo que pueden contribuir de manera positiva a mejorar el mundo en el que vivmos, que sientan que la guía de papá y mamá y de los adultos de su entorno es para ayudarlos a explorar el mundo que los rodea con seguridad. No es una tarea nada fácil, es una tarea hercúlea la que tienen especialmente mamás y papás al ser responsables de un nuevo ser humano que va a vivir en este mundo, y tienen que tomar muchas decisiones pues lo que más quieren es que sean felices y vivan seguros, y tienen la importantísima tarea de dejarlos explorar el mundo con su guía para que se sientan respetados y respeten; la gran responsabilidad de guiarlos para que sepan que todos somos iguales aunque cada uno de nosotros sea diferente, que todos merecemos el trato de respeto de los demás y hacia los demás.



Para finalizar este personal tema, les dejo una canción que disfruto mucho de los Hermanos Paz, que me parece tienen geniales canciones infantiles, les aseguro que a sus pequeños les va a gustar