miércoles, 17 de mayo de 2017

Cómo amar a tu bebé velcro



Te sales con mucho cuidado de abajo del cubrecama para hacer una pequeña parada en el baño antes de que tu bebé despierte. Tus pies apenas han tocado el suelo cuando dos ojitos parpadean y se abren y un quejido familiar empieza a elevarse. Con un suspiro, levantas a tu pequeña y logras balancearla en tu falda mientras te sientas en el inodoro con habilidad ya practicada. Teniéndola abrazada a tu cadera eliges tostada en vez de cereal - porque es más fácil de comer con una sola mano - antes de ir al baño a compartir una ducha veloz. Mientras pasas de echarte shampoo te pones a pensar hace cuánto ha sido desde que lograste rasurarte las piernas y las axilas. Después de la ducha, envuelves a tu bebé contra tu pecho antes de empezar el día con la tarea más fácil de hacer mientras la tienes encima - aspirar alrededor de los juguetes en el suelo. Solo otro día en la vida con un bebé velcro

Vamos a ver un poquito el tema didáctico y teórico para entendernos mejor.

Tiempos pegajosos

La mayoría de los bebés pasan "etapas pegajosas" y estas son usualmente por cambios en su desarrollo. Por ejemplo los recién nacidos dependen del contacto cercano para adaptarse al mundo afuera del vientre y cargar a tu bebé no solo lo ayudará a sentirse seguro si no que va a regular sus latidos que aún son inmaduros, sus movimientos rítmicos y respiración, ayudándolo a equilibrar despertares irregulares y tiempos de sueño y alimentación. Mientras crecen es común para los bebés volverse pegajosos en ciertas etapas significantes de su desarrollo y así como los bebés tienen brotes de crecimiento físico, también logran hitos neurológicos, tales como percibir distancias, que usualmente sucede a las 25 semanas. Esto puede resultar en una necesidad de apego mucho más fuerte porque tu bebé se está dando cuenta "mamá se está alejando de mí" y esto es todo un shock para ellos y solo hay una manera de prevenirlo: tener a mamá en tu rango de visión todo el tiempo, no solo en tu rango de visión si no en tu constante contacto. Estudios muestran marcados aumentos en desarrollo cerebral mientras los bebés alcanzan estos nuevos hitos. De acuerdo al investigador Holandés Profesor Frans Plooij autor del libro "las semanas mágicas" (https://lassemanasmagicas.com/), aunque bebés más tranquilos sobrellevan estas etapas relativamente fácil, en otros bebés, la confusión, la frustración y la ansiedad pueden alterarlos tanto que se pegan al único puerto seguro y a salvo que conocen: ¡Tú! 



¿Qué es la ansiedad de separación?

La ansiedad de separación en los bebés es un evento realmente de mucha angustia. En los primeros meses de su vida los bebés no tienen concepto de independencia. Es decir, que son un ser aparte de su mamá. No existe algo tal como un bebé, hay un bebé y alguien más. Tu bebé piensa que tú y ella o él son un ser combinado. Es la realización gradual que viene con el tiempo de que su mamá es un individuo separado que puede irse, lo que lo abruma. La separación de ansiedad tiene su pico alrededor de los 6 o 9 meses, pero se ha visto en bebés menores y mayores también. 

De pronto tu bebé ya no es feliz estando echada y jugando solita o gorgojeando mirando sus móviles, ni tampoco siendo cargada por papá o por abuelita, salvo que mamá esté en contacto y/o mirándola. Pégate el velcro, mamá que a donde vayas, irá tu bebé. 

Como ya te he comentado, cerca de los seis meses (pero esto puede variar con cada bebé), es el comienzo de un importante proceso de desarrollo emocional conocido como "ansiedad de separación" lo que significa que tu bebé ahora se da cuenta que tú eres un ser separado de él o ella. Porque los bebés no tienen ningún concepto de constancia (cuando desapareces ellos piensan que ya n existes) esta fase usualmente dura hasta dos años (es decir aproximadamente hasta los 2 años y medio o 3 años dependiendo de cada niño) cuando ellos logran entender que cuando desapareces, vas a regresar. La ansiedad de separación es parte de un desarrollo normal de la niñez y prueba que tu bebé ha desarrollado un apego saludable hacia ti.

Aunque hay una gran variedad de reacciones a esta etapa y cuánto dura por cada bebé, muchos pediatras tienen más promesas tranquilizadoras para los padres de bebés a los que les perturban las separaciones, pues aseguran que las protestas fuertes por la separación demuestran que estos bebés tienen una capacidad de formar apegos profundos, si no les importara profundamente, no se quejarían tan ruidosamente cuando están separados. Esta capacitad es una precursora de la intimidad en las relaciones adultas. Puedes pensar en ellos como bebés con un instinto de supervivencia saludable que va a asegurarse que sus necesidades sean atendidas.

Como ya hemos dicho anteriormente, si tienes que preguntarte si tu bebé será o no un bebé Velcro entonces definitivamente NO lo es. No hay duda de que lo sea así no sepas el término. Pero ¿cómo tratar de sobrellevar el día a día con un bebé de altas necesidades?

#1 y muy importante: Tienes que saber que NO HAS "MALCRIADO A TU BEBÉ"
Estudios sobre el apego han malogrado la teoría de los niños malcriados. Los investigadores Bell y Ainsworth en la universidad norteamericana muy prestigiosa en medicina, Johns Hopkins estudiaron a dos pares de padres y sus hijos. El grupo A fueron bebés criados por padres pro apego. Estos bebés tenían un apego seguro, producto de una paternidad en la que se responde a sus necesidades continuamente. Los bebés del grupo B fueron criados de una manera un poquito más restrictiva, con un horario fijo y se les dio una respuesta un poquito menos intuitiva y cariñosa a sus señales. A todos estos bebés se les siguió la pista por lo menos durante un año. ¿Cuál grupo creen que eventualmente fue el más independiente? El grupo A. Los niños con un apego seguro.  Los investigadores que han estudiado los efectos de diferentes tipos de crianza en cómo "resultan" en un tiempo posterior estos niños han concluído, poniéndolo en términos sencillos, que la teoría de "los niños malcriados" como la conocemos nosotros, ("cargas mucho a tu bebé, no lo dejas llorar, lo estás malcriando")carece de sentido.

#2 CALMA, mucha calma
Tu bebé puede leer tu lenguaje corporal perfectamente, por lo tanto la manera cómo reacciones a una situación o la manera cómo te expreses significa mucho para él o ella.
Si tu pequeño está tranquilo jugando en el suelo y de pronto se asusta por algo y empieza a llorar, a menos que esté en peligro de hacerse daño o realmente se haya hecho daño, no lo cargues inmediatamente, actúa como si todo estuviera bien (que lo está) y mientras tú estás cerca y le aseguras que estás ahí que todo está bien, dale una oportunidad de calmarse. Si continúa tú ponte a su nivel en vez de levantarlo del suelo, abrázalo, dile que todo está bien que estás con él y dirige su atención hacia algo más estando junto contigo, así verá que no hay peligro y se irá relajando. Si estás haciendo cosas en la casa y tu pequeño está sentado más allá jugando y continuamente voltea a mirarte es su manera de asegurarse que estás ahí. En lugar de voltear a mirarlo cada vez, mantente en su rango visual y continúa con lo que estabas haciendo, dale un espacio mientras disimuladamente lo observas para asegurarte que todo está bien.

#3 Reacciona positivamente a otros
Cómo reacciones tú con otros (entiéndase en este punto que estamos hablando exclusivamente de familia y amigos cercanos) a tu alrededor le enseñará a tu bebé mucho acerca de los "extraños"

Asegúrate de mostrarle a tu bebé que hay personas que te hacen sentir cómoda y feliz. Si viene un miembro de la familia a visitarte recíbelo con una sonrisa y con un abrazo; asegúrate que tu bebé esté en tus brazos o muy cerca de ti viendo esto, así aprenderá que esa persona es alguien "seguro".

Poco a poco podrás ir al siguiente punto

#4 Comparte el cuidado y enséñale que está todo bien
La mejor manera de lidiar con tu bebé "pegajoso" es ayudarle a sentirse seguro cargándolo, llevándola en un porta bebé tipo bolsa o en un fular (mucho mejor si es fular y siguiendo las recomendaciones de seguridad que te comento AQUÍ) donde estará más protegida a que la toquen extraños (recordemos que tienes un bebé altamente sensible al contacto con otros que no seas tú y lo tienes que ayudar a resolver eso), y presentándole a otras personas gradualmente. Tú puedes sostenerle mientras otros interactúan con él o ella. Acostúmbralo a que tú mueves la mano para saludar a alguien que se acerca (si él aún está muy pequeño para imitarte) y asegúrale con calma que está bien, recibe a la amistad o miembro de la familia que se acerque con una sonrisa para que tu bebé se sienta cómodo, así entenderá que no todos los extraños son malos.

Si tu bebé está tranquila en tus brazos balbuceando o tratando de hablar mientras la tengas tú estando alguien más cerca, no le fuerces inmediatamente a ir a la otra persona, mientras se acostumbra a otros miembros de la familia y amigos cercanos, primero sostenla tú, luego que se sienta cómoda con la otra persona, deja que la carguen por periodos cortos de tiempo contigo cerca, eventualmente incrementando las distancias y separaciones conforme tu bebé se vaya sintiendo cómoda. 
Si necesitas dejar a tu pequeño, dejarlo con un artículo de tu ropa sin lavar que haya estado en contacto directo con tu piel (tal como tu ropa de dormir o un polo) puede ser reconfortante para él.

#5 Juguemos al "escondite"
Ocurren otros cambios en el desarrollo al mismo tiempo que están relacionados a esta conciencia, este darse cuenta del bebé, de que están fuera de mi vista pero no desaparecen para siempre.. Los juegos de esconderse PRIMERO detrás de las manos, cuando ya tu bebé esté cómodo con ello escóndete tras un pañuelo o un cojín y juega a decir  ¿¿dónde estoy?? luego aparecer diciendo ¡aquí estoy!, son los mejores juegos para bebés en esta etapa, así se sienten cómodos viendo a alguien desaparecer y reaparecer una y otra vez aprendiendo que es normal y esperable.
Una vez que tu bebé empiece a gatear puedes esconderte a una pequeña distancia y llamarle para que te encuentre, pero siempre tú mirando dónde está tu bebé para que esté siempre seguro, y si ves que llora o no se siente cómodo con no verte, acércate poco a poco siempre CON TRANQUILIDAD y llámale, anímale a encontrarte, puedes poco a poco ponerte más en su rango de visión para que te halle más rápido, la idea es que se sienta cómodo con estas "desapariciones" y vea que siempre "apareces" después.

Es también importante DESPEDIRSE; es de mucha ayuda tener un ritual de despedida y un saludo de retorno para que tu bebé pueda aprender que aunque te vayas en algunas veces, sí regresas. Mover la manito diciendo chau chau o adiós refuerza que las personas se marchan y mover la manito diciendo hola refuerza que las personas regresan. . Esta realización de los pequeños que algo que está fuera de su vista aún existe significa mirar adentro de bolsas, cajas y baldes buscando juguetes; enseñarle al bebé que algo que está fuera de mi vista no significa que desaparezca. Los científicos le llaman a esto "permanencia del objeto" y es una etapa importante del desarrollo. Jugando estos juegos con tu bebé lo ayudas a aprender y entender ausencia.

#6 Hay un mundo interesante ahí afuera

Haz tiempo en la rutina diaria con tu bebé para que conozca nuevas personas.
Cuando tienes un bebé con altas necesidades que necesita estar literalmente pegado a ti para estar tranquilo y relajado, una cara nueva o no tan conocida puede causar un exabrupto emocional. En vez de hacer estas experiencias repentinas o forzadas, agrega un poco de tiempo en el exterior a su rutina diaria.

Lleva a tu bebé y date una caminata diaria, a un parque, por tu calle o a la tienda o mercadito que tengas cerca donde compras tus cosas, ayuda a tu bebé a que sintiéndose seguro estando en contacto contigo sea en un fular o canguro o cargado, vea la mayor cantidad de gente posible. También le puedes ayudar a tu bebé a conocer personas con regularidad, especialmente tus vecinos o personas que vivan cerca de ti. Ver algunas mismas caras cada día le dará a tu bebé una idea de permanencia. Deja que tu bebé pruebe y disfrute el mundo desde la comodidad y seguridad de tus brazos.

#7 ¿Rechazo a papi?

Es muy normal que bebés o niños pequeños sean más fácilmente reconfortados por uno de los padres, usualmente mamá si están molestos o se han hecho daño. Esto no es un rechazo al otro padre, aunque puede parecer de esta manera. Aunque sí es una buena idea motivar que pase tiempo con el padre que no es la principal figura que lo cuida o quien pasa la mayor parte del tiempo con él o ella. Con bebés pequeños esto se puede hacer gradualmente, tal vez con papá o alguno de los abuelos poco a poco cargando a bebé en un portabebe cuando está contenta o masajeandole mientras mamá la sostiene primero y luego realizando una actividad tal como darle un baño que sea solamente el "dominio" de papá. De esta manera papá se siente más confiado y tiene una oportunidad de formar vínculos profundos también.

Lidiando con "el ataque aéreo"
Si recibes "ataques", "críticas", "consejos" no solicitados acerca de tu bebé velcro, recuerda, las necesidades de TU bebé son más importantes que las opiniones de tus críticos. Tu NO estás malcriando a tu bebé de altas necesidades, tu pequeño "trepador"; le estás enseñando a amar y, muy, muy pronto, esta etapa va a pasar. En unos pocos años tu pequeño va a estar incluso avergonzado ¡de darte un beso de despedida!

Experiencias de mamás de niños pequeños lo dicen, sus bebés eran velcro hasta mas o menos los dos años de edad. Ahora está feliz de despedirse y dar un beso para decir chau. Sí, es demandante, es frustrante a veces, especialmente cuando tienes a muchas voces continuamente diciéndote por un lado que lo estás malcriando, por otro lado diciéndote que eres una mala madre o que eres egoísta, que le estabas dando malos hábitos. Pero luego lo verás adaptado, feliz, confiado y tranquilo, y eso será porque lo aceptaste como era y le diste una crianza respetuosa al ir con su manera de ser de la mejor manera, dándole mucho amor.

lunes, 8 de mayo de 2017

Bebés Velcro, una historia



Un primer post dedicado a una de mis mejores amigas, mamá de dos, uno de ellos su "bebé pegote" como ella cariñosamente le llama.

Les soy sincera yo no conocía de este término, pero es parte de lo que es crianza respetuosa la manera cómo reaccionas a tu bebé velcro. Hasta que escuchaba mensajes de voz de mi amiga en su desesperación pues me decía que no sabía qué hacer con su bebé. "¡No me deja ni ir al baño!" eran muchos de sus mensajes "lo pongo en su cochecito, lo pongo en su sillita semi sentado para que me mire está mirándome y le estoy hablando pero grita como si lo estuvieran matando". Preocupada si quizás no tendría algún problema de reflujo o en su columna o su corazoncito lo llevó al pediatra, luego de examinarlo y ver su crecimiento y su respuesta, el doctor le dijo simplemente: "Señora, algunos bebés necesitan más contacto, MUCHO más contacto que otros".
Su primera hija siempre fue muy independiente, incluso un poco reacia a dar muchas muestras de cariño. No le gustaba estar lejos de ella pero no necesitaba estar en constante contacto con ella ni estar jugando a sus pies o encima de ella. Mi amiga no tenía planeado colechar pues su hijita mayor, muy emocionada con la llegada de su hermano pequeño, no podía esperar a compartir su cuarto con él, pero tuvo que colechar lo más posible hasta que poco a poco él aceptó dormir contento en su propia cama, poco a poco ahora juega con su hermanita mayor quien le tiene una paciencia infinita.

Les comparto dos historias que me encontré por ahí antes de explicar un poco en otro post, cómo es la teoría de esto y cómo (intentar) tratar el asunto.  Les comparto estas dos historias para que vean, mamás que no están solas, porque mi amiga no lo ha pasado fácil a pesar de poder quedarse en casa con su bebé. Tener a una sociedad que te critica porque le das mucha atención a su parecer o no le das atención suficiente. Unas mamás que le dicen egoísta porque no lo manda a cuna, y otras que le dicen egoísta porque no está todo el tiempo completamente a su disposición absoluta pues tiene otra niña que también la necesita y de alguna manera tiene que partirse porque también tiene una casa y una relación con su esposo todos los cuales requieren de su tiempo y su atención. El resto del mundo tiene que respetar la crianza que ustedes están llevando, y solo a quienes ustedes les piden consejo tienen la puerta abierta para sugerir. Les comparto estas dos historias que encontré para que sepan que no tienen por qué sentirse mal por cargar a sus bebés, para que no se sientan solas, porque son ustedes las que tienen que estar siempre con ellos, y porque bebés velcro hay de muchos niveles. El de mi amiga está un poquito más cerca a la primera historia que les voy a compartir.  El próximo post ya será acerca de un poco más de tecnicismos y maneras de sobrellevar estas realidades

Historia de un bebé velcro
Cuatro Meses:

Cierro la puerta del garaje detrás de mí y entro de puntitas en la sala - un esfuerzo inútil resulta - porque él aún está despierto. El sonido opacado del llanto me golpea como una ola; mi esposo se sienta vencido en el sofá.
"Le he tratado de dar el biberón media docena de veces", comienza a decir.
Observo la botella en la mesa, rápidamente haciendo cuentas en mi cabeza. Leche materna de dos días de antiguedad, calentada y recalentada media docena de veces. ¡Rayos!

"Te está esperando"
"Lo sé, puedes botar la leche"
Pasamos uno junto al otro por la sala mientras me acerco hacia el llanto cada vez más audible. Volteo a mirar el reloj del microondas justo a tiempo para ver cuatro onzas irse por el drenaje, junto con cualquier migaja de independencia que podría tener.

Abro la puerta del cuarto y me acerco a él como si fuese un imán. Nos retiramos a la mecedora y lacta hambriento, desesperadamente, agarrándose fuerte de mi polo con sus manitas todo el tiempo.
_____

Ocho meses:

Camino hacia la sala con mi teléfono en mano, lista para contestar algunos correos mientras desayuno. Volteo la esquina y me preparo, pero es demasiado tarde. He sido vista.
Él empieza a hiperventilar suavemente. Una sonrisa se apodera de su cara mientras que gatea lo más rápido que puede hacia mis pies, pasando su cuerpito sobre juguetes en el proceso como un soldadito bebé de cinco kilos. Me mira con ojos esperanzados, colocando sus manitas en mis pantorrillas con desesperación, como si no me hubiese visto en días.
Lo levanto y coloco su cuerpo en mi cadera sobre mi bata de flores. Se derrite en mi lado como si fuese relleno de pastel.

Me vio por última vez hace 14 minutos.
________

Doce meses
Se aferra a mí más fuerte mientras entran algunos invitados, clavando sus uñitas firmemente en mi bícep. Suelto su agarre en mi brazo mientras le doy un beso en la mejilla, asegurándole que no me voy a ninguna parte. Trato de distraerlo con el brillante globo de cumpleaños, pero está demasiado asustado para jugar.

Abuela trata de llevárselo; él grita.
Papá trata de llevárselo; él grita.

Eventualmente me escapo al baño por unos minutos de soledad. Mi esposo se lo lleva rápidamente a jugar afuera mientras que yo regreso a la cocina con mucha cautela. Paso aceleradamente delante de las puertas corredizas, agarro un burrito y finalmente me siento en la mesa con mis amistades.
"Creo que estoy a salvo!" bromeo.
En el segundo que digo las palabras, un llanto familiar les sigue. Miro afuera de la ventana y lo veo, seguro y a salvo en los brazos de mi esposo, ansiosamente mirando a la puerta corredisa.
Mi mirada se cruza con la de mi esposo por la ventana.
"Escuchó tu voz!"

No puedo evitar poner los ojos en blanco, colocando mi burrito de nuevo en el plato. Abro la puerta corrediza y en segundos estamos reunidos, su cuerpito de nuevo en mi cadera, sus uñas de vuelta en mi brazo, su cabeza descansando en mi pecho.
Sonríe con ganas.
_________

Mi primer hijo tuvo brotes normales de ansiedad de separación, usualmente durándole algunas semanas cada vez. Fue dulce, incluso bienvenido, y rara vez me afectó fuera de necesitar un momentáneo descanso del gimnasio porque el cuidado de niños se volvió insufrible.

¿Pero esto? ¿Mi segundo bebé? Nunca he conocido un apego como este. Nunca he sido ni testigo de apego como este. Imagínenme cargando a este bebé mientras lavo los platos, mientras preparo comidas, mientras tipeo correos, mientras voy al baño, mientras hago lo que sea. Imagínenme entregándoselo a otras personas y su cara torándose roja cuasi morada como una beterraga(remolacha) mientras grita como si lo estuviesen matando. Imagínenme caminando hacia la puerta principal de la casa mientras él entierra su carita en la alfombra sollozando histéricamente como si nunca fuera a regresar. Imagínenme prácticamente volando alrededor de mi propia casa como un ninja para estar fuera de su vista en las raras ocasiones en que está distraído con un juguete en la sala por dos minutos enteros.

Cuando no está en mis brazos este bebé vive a mis pies, estacionado junto a mis dedos del pie como un incansable cachorrito. No está contento a menos que esté junto a mi, en mis brazos, en mi cadera, en mi falda, respirando el mismo aire que yo respiro. Él es mi bebé velcro; puedo prácticamente oír el sonido característico cuando lo desengancho de mi cadera para ponerlo en el suelo o dárselo a alguien más, punto en el cuál empieza a caérsele el mundo.

¿Cómo es posible que alguien tan pequeñito pueda adorarme tanto?
Por un lado este apego es completamente sofocante. Entre darle de lactar a demanda y cargarlo en mi cadera o ponérmelo al pecho en un fular o un canguro, me he sentido muy rara con mi propio cuerpo este año, como si no me perteneciera más a mí. Parece que nos están faltando... ¿cómo es que lo llaman los psicólogos? Ah sí, límites.

Por otro lado, estaría totalmente mintiendo si no dijera que este apego no es lo más amada y necesitada que me he sentido nunca en toda mi vida.
Estoy casi avergonzada de admitir esto, pero genuinamente siento una sensación de orgullo cuando entro a una habitación y él llora por mí con sus bracitos estirados. En esos momentos realmente siento el sacrificio y la santidad de la maternidad. Esta completa falta de espacio personal que trasciende mi cuerpo derechito hasta mi alma. ¿A quién le importa si nunca puedo almorzar en paz? ¿A quién le importa si tengo que cargar a mi bebé mientras voy al baño? Soy ¡necesitada! y es un glorioso sentimiento.
Miro a mi niño de 3 años y medio ya, ese niñito seguro que casualmente con su mano se despidió y me dijo "¡chau, mami!" en su primer día del nido sin mirar atrás. Me necesita cada vez menos y menos cada día. La semana pasada me informó que ya puede ir al baño solo, cerrando la puerta en mi cara.

"¡Necesito pwivacidad!" gritó.

Fue divertido a la vez que devastador. ¿Es a eso a lo que nos estamos dirigiendo?

No sé por cuánto tiempo más esta etapa Velcro va a durar, pero sabemos que es temporal. Algún día ya no llorará cuando yo salga de la casa. Algún día él preferirá la compañía de su papá, de su hermano, o su (que Dios me ayude) novia. Algún día él va a necesitar espacio de mí, mientras yo me cuelge desesperadamente a cualquier vista de él, a toda conversación con él, a todo encuentro que compartamos. Nos estamos dirigiendo a esos días, como un tren de carga que no para.

Quizás todo esto es un ensayo, una vista previa de días que vendrán. Quizás esto es un pequeño entrever de mi propio futuro, y él está pavimentando el camino de mis expectativas emocionales. El día que obtenga su licencia de conducir. El día que empiece la universidad. El día que se case. En algún momento estamos destinados a cambiar de lugares, y yo quizás sea la que entierre mi cara en la alfombra, sollozando histéricamente.
Todo se volverá un círculo completo, y el velcro se separará una vez más.

Segunda Historia de bebé velcro
Bebés velcro de alto mantenimiento, sí, son dos

Todos los bebés necesitan ser cargados, pero los bebés velcro lo llevan al extremo. Los bebés velcro de alta necesidad, son una raza especial en sí mismos. Si te tienes que preguntar si es que tienes uno, la respuesta es no. Cuando tienes uno lo sabes, incluso antes de que siquiera sepas que existe un término para bebés como el tuyo.

Lo sabes porque tus brazos duelen de cargarlo día y noche. El coche caro, columpio, cunita portable y asiento balancín se quedan sin usar. Temes el momento cada vez que lo tienes que poner en el auto. Duermes con él en tu pecho aún cuando nunca planeaste hacer colecho. No puedes preparar o comer una comida de verdad. Trata de echarlo a descansar y verás llanto como nunca lo has visto antes. No tienes el lujo de decidir qué hacer durante la hora de la siesta... cuando él duerme tú no te puedes mover. Tú eres su única y su todo, para bien o para mal.



He querido hijos toda mi vida. Mis ovarios dolían por tenerlos - Estaba lista. Resulta que nada me pudo haber preparado para la maternidad de mis dos bebés. Mi niño mayor (3 años) ha sido cual libro, de altas necesidades desde su nacimiento y su hermana menor (7 semanas) parece que está siguiendo sus pasos. Demandante, continua necesidad de lactar, super sensible, no puede echarse a descansar solo, agotador, con problemas de sueño, intenso - estas son solo algunas de las características de un bebé de altas necesidades que mis hijos muestran.

Estoy escribiendo esto echada en mi cama, en mi cuarto a oscuras, sosteniendo y dando de lactar a mi hija. He estado en esta posición por la última hora y estaré aquí toda la noche. Son las 6:45 de la tarde. He tenido que cepillar mis dientes y alistarme para dormir a las 5 de la tarde - sí, ¡¡5:00 PM!! Y algunas noches ni siquiera puedo cepillar mis dientes. Antes de ir a la cama la he cargado en mis brazos todo el día, y muchas de esas veces también he cargado a su hermano de 15 kilos al mismo tiempo. Cuando finalmente me levanto (5:30 AM en un buen día) La levanto, traigo a su hermano y encaro otro día de maternidad con un bebé (o dos) en mis brazos.

Otro día de estar caminando, agachándome y rebotando para hacer dormir a mi bebé. Otro día de ir al baño con un niño o dos en mi falda. Otro día de preparar comidas con una mano. Otro día de dar de lactar a una bebé cargando a un niño pequeño. Otro día sin ningún descanso porque ellos no dejan que nadie más los cargue. Otro día de ser su todo.

Es difícil. Difícil estar aferrada a alguien 24/7. Difícil ser necesitada tanto como ellos me necesitan. Difícil no tener un minuto para respirar sin alguien que me esté tocando. Difícil tener tan pocas personas que entiendan lo difícil que es. A veces esto se siente como si me estuviera chupando la vida.

Pero luego miro a mi hijo y veo el niño en que se está convirtiendo como resultado de siempre estar conmigo. Lo cariñoso que es. Lo inteligente que es. Lo sociable y amigable que es. Lo avanzado que está su lenguaje. Lo creativo e imaginativo que es. Cuán activo físicamente es. Lo veo y sé que esto vale la pena.

El personaje de Tom Hans en "Ellas dan el golpe" ("A League of Their Own"), mientras habla sobre béisbol, bien puede haber estado hablando de la paternidad con bebés velcro. "Se supone que debe ser difícil. Si no fuera difícil todos lo harían. Lo difícil es lo que lo hace genial."

No podría estar más de acuerdo